lunes, 23 de enero de 2012

COSAS TRASCENDENTALES

Si tuviera un ídolo su nombre sería Ryszard y seguramente se apellidara Kapuscinski. Hace tiempo cayó en mis manos una obra suya, "El mundo de hoy". Desde entonces sólo espero que nunca llegue el día en que acabe sus lecturas. Hoy se cumplen cinco años desde que nos dejó el mejor de los reporteros de guerra.

"Dos modos de vivir, dos situaciones: a todo aquel que por vez primera se encuentre en uno de los hipermercados norteamericanos, en uno de esos malls gigantescos e interminables, le chocará la riqueza y la diversidad de las mercancías allí expuestas, la presencia de todos los objetos posibles que el hombre ha inventado y fabricado, y luego los ha transportado, almacenado y acumulado, con lo cual ha hecho que el cliente ya no tenga que pensar en nada: lo han pensado todo por él y ahora lo tiene todo listo y a mano.

El mundo del africano medio es diferente: es un mundo pobre, de lo más sencillo y elemental, reducido a unos pocos objetos: una camisa, una palangana, un puñado de grano, un sorbo de agua. Su riqueza y diversidad no se expresan bajo una forma material, concreta, tangible y visible, sino en esos valores y significados simbólicos que dicho mundo confiere a las cosas más sencillas, tan baladíes que son inapreciables para los no iniciados.

Sin embargo, una pluma de gallo puede ser considerada como una linterna que ilumina el camino en la oscuridad, y una gota de aceite, como un escudo que protege de las balas. La cosa cobra un peso simbólico, metafísico; porque así lo ha decidido el hombre, quien, por el mero hecho de elegirla, la ha enaltecido, trasladado a otra dimensión, a la esfera superior del ser: a la trascendencia."

Ébano. Ryszard Kapuscinski (1932 - 2007)

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