viernes, 27 de enero de 2012

La gran conclusión

Me gusta hacerme preguntas, para que las respuestas puedan encontrarme.


Delante de aquella mujer ese día, vi abrirse y cerrarse las puertas del caos y del destino.


La anciana tenía los ojos azabache, mirada impasible y se notaba la fuerza con la que el rastrillo de la vida había surcado su rostro. Era de constitución frágil y endeble, pero estaba rodeada por una especie de halo que transmitía la fuerza de diez jóvenes en edad de trabajar. Tenía la voz del diablo y desprendía cierto olor a ajo y azufre.


Tras darnos las manos, cerramos los ojos. De esa forma, nuestras almas podrían verse cara a cara. El lenguaje de la energía, procedente de la gran obra del cosmos, comenzaba a fluir entre los dos.


Pensé que me diría lo que iba a pasar en mi turbio y desconocido futuro. Pero no fue así. Me dijo lo que tenía que escuchar, para crearlo con mis decisiones y mis acciones, y así no alterar el equilibrio universal.


Tras comerme un galleta y disponerme a poner punto final a nuestra cita, me quiso confesar una cosa:


"Las personas nacen y las personas mueren. Pasa mucho tiempo hasta que uno se percata de que está viviendo en este mundo. Para el alma es nuevo y aún se acuerda del anterior. Pasa muy poco desde que uno sabe que se va a morir. Un minuto exactamente, antes de que la muerte acaricié con su guadaña tu gaznate. Nadie lo suele confesar, dado que está enfrascado recordando los mejores momentos de su vida."



Desde ese día, pienso cada noche de forma irreversible, pienso que empieza ese minuto, pienso de qué cosas me voy a acordar:


Me voy a acordar del tiempo que hizo todos los días, de si llovía o de si hacía sol. Me voy a acordar del camino al trabajo, todos los días igual de gris. De lo que veía por televisión, qué divertidos programas y buenos momentos, y cuántos canales. Los voy a echar de menos a todos. Recordaré también las tantas veces que fui a pasar los días a los centros comerciales, donde tantas cosas innecesarias en mi vida compré. ¿Dónde está la sección de emocionantes experiencias? A mi mente vienen mi colección de muebles de Ikea, las colecciones de libros sin leer y los cuadros que nunca me atreví a pintar.


Estoy seguro también que me acordaré de todas las veces que dije no, que fueron las que más. No hago este viaje. No hablo con esta persona. No me baño vestido. No, que me da pereza. ¿Cuáles son mis hobbys? ¿Una locura que haya hecho en mi vida? Recordaré las fotos de niño en la cama de mis abuelos y las fotos de primera comunión. Recordaré todo lo que he dormido. Me ha encantado dormir en esta vida. Creo que ha sido mi hobby favorito. Los animales nunca me han gustado. Huelen mal y hay que limpiarles la mierda todos los días¿Hijos? Que va, no he tenido. En los tiempos que corren son un estorbo y no te dejan disfrutar de la vida.


A mi mente llegan las cuentas corrientes de mi banco. Que buena relación tenía con el banquero, aunque nunca nos vimos fuera de la entidad. Tengo dos coches, exclusivos, deportivos, impecables. Todas las semanas he cuidado de ellos. Los he limpiado, lavado y mi mimado como a nadie en este mundo. Que raro que no se hayan presentado a verme aquí en el hospital… . Me acordaré de que este mundo no vale para nada.¡No me extraña que la gente no deje de quejarse! Hace muchos muchos años empecé a escribir un diario, para poder leerlo en un momento como éste. Tras escribir el primer día y pasar los sucesivos, me di cuenta de que un par de hojas abarcaban todo lo hecho y además me servía para todos los días. Perfecto, así no perdería el tiempo me dije.


Apurando el último segundo, concluyo que he sido… ¿feliz?


Adiós.


¿Qué pone mi epitafio? ¿Nada?



" Siempre decía que los seres humanos dejaban pasar la existencia como si fueran a vivir para siempre y que ésa era su perdición."

Marina. Carlos Ruiz Zafón.



Onírico.





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